EL CÓDIGO QR Y SU RESISTENCIA AL DAÑO[1]
Felipe Rivas San Martín[2] Una de las razones que justifican la eficacia de los códigos QR, su prevalencia sobre otros códigos, su masificación y éxito publicitario, comercial, es la capacidad que posee el código –materializado en una imagen soporte- de tolerar niveles de daño que alteren su fisonomía y forma, sin poner en riesgo su rendimiento o performance operativa, funcional: los códigos son capaces de seguir significando a pesar del menoscabo. Un código QR se espera estará sometido a las vicisitudes, inclemencias y violencias del entorno físico en el que se encuentre, pudiendo sufrir daños, lesiones, deterioros; perder una de sus partes, quedar parcialmente cubierto, borrado, oscurecido, eliminado. ADVERTENCIA: En el lenguaje de los códigos QR un daño es entendido anticipadamente -desde su concepción informática- como un error. ¿Cómo es posible que el vocabulario del código QR homologue de tal manera un daño y un error? Muy sencillo, en cierto punto es un requisito matemático, de cálculo. Se trata en última instancia de una diferencia de tiempos y de soportes: la constitución electrónica del código, su estatus virtual –en su potencialidad abierta- sólo puede precodificar como error-futuro el posible daño que el código sufrirá en su figuración material, concreta, actual. Hablar de errores virtuales es la única manera de anteponerse a daños actuales. La capacidad de prever el daño está asegurada en el código gracias a la utilización del algoritmo Reed-Solomon de corrección de errores, una solución algebraica de codificación que protege la información contra errores en los datos transmitidos sobre un canal de comunicaciones, en la forma de un polinomio codificado que se inserta al código QR: un código del código que se inscribe en el propio código-imagen, haciéndose parte constitutiva de él, en el origen de su código forma, siendo-el-código en tanto inmunidad constituyente que lo (de)forma, anticipándose y anteponiéndose a la posibilidad de un deterioro, de una sustracción informática, de una violencia en su integridad visual, pero que es física al mismo tiempo. Que el código QR sea resistente al daño significa la conciencia de su propia vulnerabilidad. ¿Cuál es el límite de daño que un código puede resistir? Hay 4 niveles de corrección de errores utilizados para los códigos QR. Cada nivel añade diferentes cantidades de "backup" o copias de seguridad de datos en función de la magnitud del daño que el código QR se espera que sufra en su ambiente de uso, y por lo tanto la cantidad de corrección de errores que será necesaria: · Nivel L- resiste hasta un 7% de daño · Nivel M – resiste hasta un 15% de daño · Nivel Q – resiste hasta un 25% de daño · Nivel H – resiste hasta un 30% de daño L,M,Q,H, son los grafemas que en el lenguaje de los códigos QR identifican su capacidad de resistencia diferencial, al tiempo que signan el límite de 4 variables que para un mismo significado ofrece la tecnología de generación de códigos disponible gratuitamente en la red de Internet. 4 posibles códigos distintos para un mismo contenido cifrado, 4 posibles significantes para un mismo significado, 4 diferentes señales para un mismo mensaje, todos ellos distintos en densidad y tamaño. Mientras más resistente al daño, más grande y denso será el código QR, es decir su imagen, que es a fin de cuentas el resultado de su propia vulnerabilidad. NOTAS [1] Este texto corresponde a un ejercicio “apropiacionista” de reescritura (realizado por el propio autor) a partir de un texto informativo referente a los códigos QR disponible on line. El texto, originalmente en inglés, fue presumiblemente traducido al español en algún traductor on line como Google translate, cuestión deducible por los evidentes errores de redacción, coherencia y sintaxis. [2] Felipe Rivas San Martín es artista visual, investigador y activista de la Disidencia Sexual. Licenciado en Artes por la Universidad de Chile y profesor en la Universidad Mayor. Ha desarrollado una producción transdisciplinaria vinculando las nuevas comunicaciones o la práctica de performance con soportes tradicionales del arte como la pintura u otros, teniendo como eje la producción de subjetividad contemporánea. Dirigió la revista de estudios queer “Torcida” y es fundador de la CUDS (Colectivo Universitario de Disidencia Sexual). Ha participado en exposiciones y publicaciones en Chile, Argentina, Perú, España, Francia, EE.UU., Colombia, Suiza, Alemania y México. |